sábado, 27 de julio de 2019

Un cuaderno en blanco

Un cuaderno en blanco,
y una noche eterna,
nada que decir,
la vida pasando
a un ritmo tranquilo,
un vulgar galope
entre el mundanal ruido.

Y, en el fondo un grito
ahogado, de ese poeta
que habita en los oscuros entresijos,
de como yo, tantos hombres
cuya conciencia de sí mismos,
intenta asomar sus ojos al mundo,
mas se lo impide la entereza,
esa serpiente de traje formal
que llaman cordura, los deja mudos.

viernes, 31 de mayo de 2019

Marchitos celestes, luces opacas

Marchitos celestes,
luces opacas,
la luna nueva se duerme
en el filo de la mañana,
yo en mi orilla leve,
dormida como un ciervo
bajo el infinito cielo
apenas me roza el aire,
con sumo amor escapan
sus manos entre mi pelo.

Le miro,
desde la soledad tan honda
que habita en mi alma,
le sigo,
con el fuego doliente
escapando por la mirada
pero el aire sigue quieto
y él no se percata.

La noche es traicionera,
con ilusiones me atrapa,
mas yo se que juega
a ilusionarme en sueños,
turbios y escurridizos
como son las aguas
de este turbulento río
que me azora el alma.








jueves, 30 de mayo de 2019

Todo es efímero


Todo es efímero,
momentáneo, pasajero,
somos cuerpos unidos
por el lazo caprichoso
y mudable del destino,
somos entes a la deriva
de un mar en caos,
mentes perdidas
en el universo abstracto
de nuestros propios sentidos,
dudamos de la existencia misma
de nuestro yo más interno,
y creemos sin embargo
que vivimos porque respiramos,
nos creemos la mentira
que hemos creado,
la realidad nunca fue dañina,
somos nosotros
quienes nos dañamos,
sumergidos en la hipocresía
que le da sentido a nuestra vida,
poco a poco nos ahogamos,
con las manos vacías
presos de una eterna
e insalvable deriva
a la que exponemos 
nuestros cuerpos,
llevándose nuestra alma
también cautiva.

Aún podemos salvarnos,
escapar al milagro de la vida,
la vida que subyace
de nuestra más profunda energía,
dejar de ser autómatas
que caminan sin guía
sobre el borde del abismo
donde no existe luz del día,
tan sólo un espejismo,
la ilusión óptica de un sol
que dejó de alumbrarnos
hace tiempo;
marionetas incompletas
con un corazón dibujado
y una sonrisa de tela,
a meced del viento y de la prisa,
movidos por iras,
fuerzas externas
olvidando amarnos,
acelerando el paso
mientras se desintegran
milésima a milésima
cada una de nuestras moléculas.

miércoles, 29 de mayo de 2019

Madrugada en Barcelona

Uno de esos maravillosos días
en que todos los semáforos están en verde
todos menos el del amor
que sigue en rojo como siempre,

Volví a cruzar sin mirar
la calle estaba desierta,
adoro caminar sola
sin mi misma si quiera
sin rumbo, sintiéndome nadie,

Me gusta así la ciudad
cuando solo hay poemas,
“silencio” y soledad,
el mendigo del parque
y la señora de las palomas...

Si, es un poema bonito
deambular sin rumbo, 
cuando comienza a despuntar la aurora,
es como si hasta el aire
estuviese medio dormido,
bendita quietud...
aun no despertó el caos
yo aun soy una sombra
difuminándose 
lentamente
en las calles de Barcelona.







martes, 28 de mayo de 2019

No me pesa

No me pesa la ropa,
ni estos pensamientos míos, 
ni el viento que sopla,
ni el invierno tan frío,
me pesa el alma 
y la mano que la toca, 
me pesa el olvido,
la prisa y la nostalgia,
me pesa el ruido
del tiempo que pasa,
y no pasa conmigo.

Me mira la luna 
y yo de ella me río,
se oculta con aire altivo
entre las nubes opacas,
sabe que ya no la miro
como antes la miraba,
con esos ojitos
llenos de esperanza,
ahora suspiro
y la luz se le apaga.

Me pesa el silencio
y la boca que calla,
me pesa guardarme
estas palabras
porque tienen dueño
y tienen alma,
me pesa la vida
que corre a mis espaldas;
yo voy detrás, la persigo
y juega a esconderse
en jardines prohibidos,
se burla de mis sueños,
de los que se sueñan
cuando uno no está dormido...

Me pesa la risa que finjo
dibujada en la cara
como el garabato difuso
de un niño;
las tardes que esperan
noches eternas,
y llegan las noches
y son sólo leyendas
que yo misma me cuento...
me pesa la lluvia
que apenas me moja
cuando yo quiero empaparme...

Respiro hondo y me trago
todas las estrellas 
de un cielo raso,
te miro, y me callo,
para no romper la belleza
del color de tus labios,
tú miras con tristeza
la sombra que voy dejando,
la niebla espesa
que difumina mi canto...

Quieres salvarme 
con un sólo beso
de las memorias amargas
que la soledad deja;
con un sólo abrazo,
del tiempo traicionero
que se escapa
sin poder ni tocarlo.

Si te quedas 
se aliviará mi carga,
no me pesa el abrigo
con el que cubres mi espalda,
ni me pesa el frío 
de la desnuda madrugada,
ni el llanto caído,
ni tu voz cuando me llama,
me pesa la vida
vista desde la ventana,
la primavera marchita
que se aloja en mi cama,;
las horas mudas y extrañas
de un ritmo aburrido
que lentamente me mata;
el amor cautivo 
encerrado en su jaula,
y los besos mendigos
que desnutren el alma... 




miércoles, 22 de noviembre de 2017

Veintinueve calles

Veintinueve calles nos separan,
veintinueve besos,
veintinueve digo
solo por poner un ejemplo,
puede que sean cientos
de calles, de besos,
pero yo no se medir distancias,
lo mío es acortar el camino,
sortear los obstáculos,
lo mío es parar el tiempo,
no cronometrarlo,
los números no me interesan
si no es para contar
los lunares de tu cuerpo,
lo mío son las palabras,
las que se gritan,
las que se callan,
las que hoy se hacen verso,
y mañana se hacen agua.

Un cuaderno en blanco

Un cuaderno en blanco, y una noche eterna, nada que decir, la vida pasando a un ritmo tranquilo, un vulgar galope entre el mundanal ru...